miércoles, 8 de julio de 2015

MI REVOLUCIÓN ES #T




Así eran las noches de mi infancia: el ritual de un vinilo, su sonido, las historias de guateque, el calor de una afición heredada. Siempre la certeza de que cualquier tiempo pasado había sido mejor.

Escuchaba a Joan Baez y Bob Dylan, la canción protesta como arma, con un diccionario en la mano aprendiendo inglés a marchas forzadas. Siempre la certeza de que había algunas cosas que yo nunca viviría.

Miraba a menudo una foto de Riboud. Aún hoy cierro los ojos y veo a aquella joven de pelo corto, una flor en sus manos; la huele, o no. Quién sabe. Sola frente a los soldados; desarmada, o no. Invencible en su absoluta vulnerabilidad.



Crecí en la certeza de que llegaba tarde a muchas cosas, de que todas las grandes batallas se habían librado. Y entonces llegó #T y yo nunca volveré a dudar de que la unión hace la fuerza y nunca volveré a resignarme, a acomodarme. Lo que ha de venir, algún día será historia.
 

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